Déjala dormir y olvidarlo todo. Necesita irse de este mundo porque no lo soporta y le duele estar aquí.
Déjala que se vaya, ni siquiera le preguntes a dónde va, porque ni ella lo sabe. Que realmente no va a ningún sitio pero tampoco se queda, y es exactamente ese lugar en el que ella no es nada.
Cuando se es nada, no se piensa y no se sabe. Sin mirar a ningún sitio, sin mirarse a sí misma. Ahí puede volar. Llorar si quiere, pero no la verán, o la oirán.
Solo su cuerpo se queda aquí, ni se te ocurra tocarlo. Podrías despertar a su mente, y ella no quiere volver. Aunque volverá; cuando esté lista y libre, volverá.
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