sábado, 20 de junio de 2020

Tocada

Hoy vengo a decir que estoy cansada,
cansada del mundo,
cansada de la gente,
cansada del odio,
cansada de mí.

Solo escribo malas palabras,
solo recibo mala suerte
y solo espero el día,
que siempre llega,
en el que todo se tuerce.

Hoy quiero decir que las ganas de llorar afloran
cuando veo patadas en las noticias,
patadas a mi boca.

Sin querer yo ser mala,
ni demasiado buena.
Solo pedir libertad 
y llevarme hostias con la mano abierta.

Hoy cuento que no sé por qué me esfuerzo,
si ni yo merezco a nadie,
ni nadie me merece a mí
y menos a mi desastre.

Olvídate de todos,
al final estarás sola.

Da todo lo que puedas 
y el resto del mundo te lo devolverá a ti.
Que frase más incierta
cuando el mundo solo te quiere hundir.




domingo, 22 de marzo de 2020

21.03.2020

Ha empezado la primavera con lluvia y encerrados en casa. No es una imagen muy coherente con la primavera, ¿no?
Es el Día de la Poesía y los recitales inundan los directos de Instagram porque no pueden hacerse en salas, no pueden hacerse con un público en directo, no pueden unirse las personas para celebrar.
Es el Día del Síndrome de Down y no podemos mostrar nuestros calcetines desparejos en lugares públicos, tenemos que subir la foto a Facebook y que todos nuestros familiares lo compartan.
El primer día de la primavera, 21 de marzo, un día lluvioso en el que el Gobierno ha comunicado que estaremos 15 días más en casa, ha pasado algo que nos ha emocionado a todos: ha salido el arcoíris.
Un arcoíris que ha surcado todo el cielo para recordarnos que debajo de todo lo gris se esconden los colores que ofrece la luz. Que lo estamos haciendo bien, que saldrá el Sol y podremos tumbarnos con él.
El día 9 de mi cuarentena ha pasado algo precioso: la UME llegó a mi barrio diciendo que lo estábamos haciendo bien, que nos aplaudiéramos nosotros mismos. Cinco minutos después, el cielo nos ha regalado un arcoíris. “Señales”, me dice mi mente. Los que me conocéis, los que vivís cerca de mí, sé que lo habéis sentido.
Las personas que estáis lejos, no os preocupéis, volverán los abrazos. Solo hay que aguantar, llamarnos mucho, demostrar amor por las pantallas, altavoces o a un metro de distancia en el supermercado si es necesario.
Y tú, gracias por un 21 diferente y a distancia, haciéndome sentir que estás dándome la mano.
Estamos en ello, nos están cuidando quienes trabajan por nosotros. Agradecedlo. Guardad todos los besos. Nos volveremos a ver.

#YoMeQuedoEnCasa 








lunes, 2 de diciembre de 2019

INCERTIDUMBRE

La incertidumbre.
El miedo.
Estar perdida sin saber a dónde ir,
qué hacer
qué decir,
a quién.

No tener motivos,
ni ganas.
Mirar al olvido
al que estamos destinadas.

No saber.
No querer saber.
No saber decir qué
estamos buscando.

Olvidarnos
del mundo,
de la vida
y de los ojos que nos han mirado.

No somos nada.
Nada con miedo.
Nadie sin miedo.
Todas con la incertidumbre
clavada en el pecho.

jueves, 11 de julio de 2019

La gran mentira del mundo


Descubrió que el mundo guardaba una gran mentira preparada para las personas más ingenuas. Que las personas más inocentes creerían, aquellas que aún pensaban que había bondad en el pequeño planeta en que habían nacido. Una mentira hecha para el dolor, la gran falacia creada por alguien sádico del pasado que sufrió como para hacer que las demás personas sufrieran como él hizo. Una mentira que sanaba, que hacía relajar la mente y el cuerpo, hasta que explotaba en la cara de esas ingenuas gentes que pensaban que todo estaba bien. Entonces, pensó que prefería morir a vivir en un mundo tan cruel que profesaba una falacia para los más débiles. Que no existía ninguna magia, que las personas no son buenas con el resto, que nos engañaban a todos con esa gran mentira que llaman amor. Que el amor está creado en cuentos y para los cuentos, que la vida real solo es dolor y nos venden un analgésico llamado igual que solo sirve si crees en él hasta que hace un efecto rebote con el triple de intensidad.

jueves, 27 de septiembre de 2018

10:01

     Un día te levantas, como otro cualquiera, preparada para lo que te depara el mundo. Lista para dar lo mejor de ti. Piensas: "qué pereza todo". Pero sigues, algo tienes que hacer. No vale quejarse, no se puede escapar de tu vida, ¿o sí?
     Otro día, te levantas, pero no es un día cualquiera. Desayunas y te preparas, lista para huir. Para ser tú misma, para ser feliz. Mochila, llaves del coche, comida y agua. Perfecto, un paso menos. Toca disfrutar. Toca perseguir tu sueño.
     ¿Cuándo fue que dejaste de hacerlo?

miércoles, 21 de febrero de 2018

21

     21. Número impar, pero no primo. Un número fino, silencioso y que, a la vez, grita de placer. 21, qué especial eres. Que me has llenado de ilusión, de sonrisas y dulces momentos.
     Pero no solo tu lo has hecho, sino la persona que te trajo a mi vida sin que ningún otro impar fuera jamás tan preciado. Qué bonito esos 21 llenos de besos.
     No te acabes, no te olvides, no te sumes para ser un 3. Tampoco te restes para ser solo 1.
     Que son 15 veintiunos perfectos y callados. Que ya era hora (y tenía ganas) de gritarlo: no hay número más perfecto dentro de esos impares olvidados, pero no hay persona mejor tampoco (ni en este, ni en ningún mundo).
     Precioso, como tú.
     Quizás no debería poner todo esto. Quizás el 21 era algo nuestro. Secreto. A voces. Pero no hay nada mejor que vivirlo y merece ser mostrado. Un poco de orgullo, nada malo.
     Porque quiero cada vez más de ellos. Porque lo quiero, sin más y nada menos...


Para ti, gracias, R.

martes, 30 de enero de 2018

No me digas nada por la calle,
no hace falta que me juzgues con tu estereotipada opinión de belleza.
No me digas guapa,
ni fea,
no voy mejor pintada,
ni con tacón,
ni me pongo minifalda para enseñar,
ni soy una descuidada si voy en chándal y casi sin peinar.
No me llames,
no me mires con esa desesperación de no haber follado en años.
O de haberlo hecho sin satisfacción.
O con ella, pero pensando que mereces más de una mujer,
o una mujer mejor,
cuando solo por creerlo, no mereces ni una.
Quizás solo piensas que las mujeres necesitamos tu aprobación.
Pues no.
No.
No quiero tus "piropos".
No quiero tus prejuicios.
Porque créeme, machito descarado,
no puedes juzgar mi mente por mi forma de caminar,
ni por mi ropa,
ni por ser mujer,
ni por nada.
Empieza a pensar que no nos importa lo que pienses.
Nos hemos empezado a valorar nosotras mismas.