miércoles, 21 de febrero de 2018

21

     21. Número impar, pero no primo. Un número fino, silencioso y que, a la vez, grita de placer. 21, qué especial eres. Que me has llenado de ilusión, de sonrisas y dulces momentos.
     Pero no solo tu lo has hecho, sino la persona que te trajo a mi vida sin que ningún otro impar fuera jamás tan preciado. Qué bonito esos 21 llenos de besos.
     No te acabes, no te olvides, no te sumes para ser un 3. Tampoco te restes para ser solo 1.
     Que son 15 veintiunos perfectos y callados. Que ya era hora (y tenía ganas) de gritarlo: no hay número más perfecto dentro de esos impares olvidados, pero no hay persona mejor tampoco (ni en este, ni en ningún mundo).
     Precioso, como tú.
     Quizás no debería poner todo esto. Quizás el 21 era algo nuestro. Secreto. A voces. Pero no hay nada mejor que vivirlo y merece ser mostrado. Un poco de orgullo, nada malo.
     Porque quiero cada vez más de ellos. Porque lo quiero, sin más y nada menos...


Para ti, gracias, R.

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