domingo, 22 de marzo de 2020

21.03.2020

Ha empezado la primavera con lluvia y encerrados en casa. No es una imagen muy coherente con la primavera, ¿no?
Es el Día de la Poesía y los recitales inundan los directos de Instagram porque no pueden hacerse en salas, no pueden hacerse con un público en directo, no pueden unirse las personas para celebrar.
Es el Día del Síndrome de Down y no podemos mostrar nuestros calcetines desparejos en lugares públicos, tenemos que subir la foto a Facebook y que todos nuestros familiares lo compartan.
El primer día de la primavera, 21 de marzo, un día lluvioso en el que el Gobierno ha comunicado que estaremos 15 días más en casa, ha pasado algo que nos ha emocionado a todos: ha salido el arcoíris.
Un arcoíris que ha surcado todo el cielo para recordarnos que debajo de todo lo gris se esconden los colores que ofrece la luz. Que lo estamos haciendo bien, que saldrá el Sol y podremos tumbarnos con él.
El día 9 de mi cuarentena ha pasado algo precioso: la UME llegó a mi barrio diciendo que lo estábamos haciendo bien, que nos aplaudiéramos nosotros mismos. Cinco minutos después, el cielo nos ha regalado un arcoíris. “Señales”, me dice mi mente. Los que me conocéis, los que vivís cerca de mí, sé que lo habéis sentido.
Las personas que estáis lejos, no os preocupéis, volverán los abrazos. Solo hay que aguantar, llamarnos mucho, demostrar amor por las pantallas, altavoces o a un metro de distancia en el supermercado si es necesario.
Y tú, gracias por un 21 diferente y a distancia, haciéndome sentir que estás dándome la mano.
Estamos en ello, nos están cuidando quienes trabajan por nosotros. Agradecedlo. Guardad todos los besos. Nos volveremos a ver.

#YoMeQuedoEnCasa 








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