Descubrió que el mundo guardaba
una gran mentira preparada para las personas más ingenuas. Que las personas más
inocentes creerían, aquellas que aún pensaban que había bondad en el pequeño planeta
en que habían nacido. Una mentira hecha para el dolor, la gran falacia creada por
alguien sádico del pasado que sufrió como para hacer que las demás personas
sufrieran como él hizo. Una mentira que sanaba, que hacía relajar la mente y el
cuerpo, hasta que explotaba en la cara de esas ingenuas gentes que pensaban que
todo estaba bien. Entonces, pensó que prefería morir a vivir en un mundo tan
cruel que profesaba una falacia para los más débiles. Que no existía ninguna
magia, que las personas no son buenas con el resto, que nos engañaban a todos
con esa gran mentira que llaman amor. Que el amor está creado en cuentos y para
los cuentos, que la vida real solo es dolor y nos venden un analgésico llamado
igual que solo sirve si crees en él hasta que hace un efecto rebote con el
triple de intensidad.